Introducción: El confinamiento en domicilio de la población española durante 2 meses por la pandemia del coronavirus causante de la COVID-19 podría tener un efecto negativo sobre las mujeres con osteoporosis y empeorar su riesgo de fractura.

Objetivos: Analizar el impacto del confinamiento por la pandemia COVID-19 sobre la salud y hábitos de vida de las mujeres con osteoporosis en España, así como sobre la adherencia al tratamiento para la prevención de fracturas.

Métodos: Entre el 14 de abril y el 19 de junio de 2020 se invitó a las mujeres españolas diagnosticadas de osteoporosis y en tratamiento activo a responder de forma anónima un cuestionario on-line de 19 preguntas mediante la herramienta Survey Monkey (https://www.surveymonkey.com/r/ENCUESTAECTO). El estudio obtuvo la aprobación del CEIm y contó con el aval científico de la SEIOMM (Sociedad Española de Investigación Ósea y del Metabolismo Mineral) y de la AEEM (Asociación Española para el Estudio de la Menopausia), y con la colaboración de AECOSAR (Asociación Española con la Osteoporosis y la Artrosis).

Resultados: 543 mujeres (edad 63 ± 9,4) procedentes de 15 comunidades autónomas (52% de Madrid o Cataluña) respondieron la encuesta de forma completa. El 65% había sido diagnosticada de osteoporosis en los últimos 5 años y un 31% había presentado alguna fractura por fragilidad previa. El 62% de las pacientes estaban en tratamiento con bisfosfonatos orales, 27% denosumab, 4% moduladores selectivos de receptores estrogénicos, 4% teriparatida, 2% ácido zoledrónico y 1% terapia hormonal estrogénica. Un 75% de las mujeres disminuyó la actividad física durante el confinamiento y un 7% la incrementó, produciéndose menos caídas en el 11% de las mujeres, frente a un 5% que refería haberse caído más. Un 7% y un 11% de las mujeres incrementaron el consumo de alcohol y tabaco respectivamente. Aunque el 64% de las mujeres no percibió cambios de su salud general, un 32% refirió tener peor salud que antes del confinamiento. Un 51% de las mujeres se sentía más triste y hasta un 57% percibía tener mayor ansiedad que antes del confinamiento. Durante el confinamiento se observó una pérdida de adherencia al tratamiento principal para la osteoporosis en el 14% de las mujeres (un 7% lo abandonó y un 7% confesó que se le olvidaba más de lo habitual), y esta pérdida fue significativamente mayor en mujeres menores de 59 años (22% frente al 13% de las mayores de 59 años; p < 0,05). La pérdida de adherencia según el tratamiento fue: THS/SERM 46%, teriparatida 20%, ácido zoledrónico 14%, denosumab 6% y bisfosfonatos orales 6%. La pérdida de adherencia a los suplementos de calcio y vitamina D fue del 9% y 6%, pero el consumo de lácteos aumentó en un 20% de las mujeres. Se observó una asociación significativa entre la percepción de salud y la adherencia al tratamiento (p<0,05), siendo la percepción de salud peor en las pacientes con peor adherencia. No se encontró asociación entre la adherencia y el estado de ánimo o la ansiedad.

Conclusiones: El confinamiento domiciliario durante la pandemia COVID-19 ha supuesto un impacto negativo tanto sobre algunos hábitos de vida como sobre la percepción de salud de las mujeres con osteoporosis, observándose en la mayoría de ellas un empeoramiento de su estado emocional. Aunque la adherencia a los tratamientos globalmente ha sido buena, las mujeres más jóvenes y/o las que recibían tratamientos de administración diaria han presentado mayor porcentaje de olvido o discontinuación.