Este capítulo se centra en intentar revisar y desarrollar de forma esquemática lo que refleja el título: ¿cuál es o debe ser el papel del médico de familia en el control y seguimiento del paciente con artritis reumatoide en tratamiento con sarilumab?, dado que tanto las indicaciones actualizadas del tratamiento, dosis, pautas de utilización y otras características del tratamiento ya se han abordado de forma exhaustiva en los capítulos anteriores.
Las terapias biológicas son ya una realidad imparable en el abordaje terapéutico de múltiples enfermedades, entre ellas las enfermedades reumatológicas, lo que supone una gran innovación terapéutica en el presente, pero con una gran potencialidad de desarrollo e implantación en un futuro inmediato. Por ello, el médico de familia no solo no debe permanecer al margen de esta corriente de tratamiento con terapias biológicas, sino que debe incorporarse a ella, adquirir y mantener actualizados los conocimiento de todos los aspectos relacionados con el correcto control y administración de la medicación por parte del paciente (en este caso el sarilumab), valorar la presencia de comorbilidades, polifarmacia y posibles interacciones, realizar una detección precoz de aparición de efectos adversos, hacer un seguimiento del grado de adherencia y cumplimiento del tratamiento, etc. Todo ello redundará en una mayor eficacia y seguridad del tratamiento y en lo que se puede definir como una mayor calidad asistencial al paciente con artritis reumatoide.
In this article, we focus on schematically reviewing and developing the topic: What should the role of general practitioners (GPs) be in monitoring patients with rheumatoid arthritis (RA) treated with sarilumab? Updated treatment indications, doses, indications for use, and other characteristics of treatment have been exhaustively addressed in previous articles. Biological therapies are a reality that cannot be ignored in the therapeutic approach to several diseases, including rheumatic diseases. This represents a significant therapeutic innovation in the present as well as strong potential for development and implementation in the immediate future. Consequently, GPs should tend towards treatment with biological therapies, including them in their therapeutic resources. They should therefore become familiar with every aspect concerning the correct management and administration of the patient’s medication (in this case sarilumab) and remain up-to-date on the topic. Furthermore, they should also evaluate the presence of comorbidities, polypharmacy, and possible interactions through early detection of adverse reactions and monitoring the degree of treatment adherence, etc. Overall, all of this enhances the efficacy and safety of the treatment, resulting in a higher quality of care for patients with rheumatoid arthritis.