The clinical diagnosis of gout can be quite precise in clinically typical forms. However, in c hronic or atypical forms, such precision tends to be diminished in clinical practice.
A cohort of 248 patients with a diagnosis of urate crystal arthropathy was studied, sent with a definite clinical evaluation, and data such as severity of the disease, joint distribution, and the presence of tophi were gathered. Precision data was analyzed with respect to the referral diagnosis according to the severity parameters and the type of physician sending the patient.
The best diagnostic precision was seen in the monoarticular forms that were sent both by the emergency room as well as by family physicians, but not in those sent by other specialists. The presence of oligoarticular forms reduced significantly the diagnostic precision in all of the specialties referring patients. The presence of tophi did not improve diagnostic precision.
Chronic and severe forms of gout are frequently wrongly evaluated from the clinical standpoint.
El diagnóstico clínico de la gota puede ser preciso en formas clínicamente típicas. Sin embargo, en las formas clínicas crónicas o atípicas dicha fiabilidad parece no darse en la práctica.
Se ha estudiado una cohorte de 348 pacientes con diagnóstico de gota por cristales de urato, remitidos con una valoración diagnóstica definida, de los que se recogieron datos sobre la severidad de la enfermedad en cuanto a la distribución articular y la presencia de tofos. Se analizaron los datos de precisión respecto al diagnóstico de derivación según los parámetros de severidad clínica y los facultativos que remitían a los pacientes.
La mayor precisión diagnóstica se observó en las formas monoarticulares precedentes tanto en áreas de urgencias como en medicina familiar, pero no así en los remitidos por otras especialidades. La presencia de formas oligopoliarticulares redujo significativamente la precisión del diagnóstico de referencia en todos los grupos de facultativos. La presencia de tofos no favoreció la precisión diagnóstica.
Las formas crónicas y severas de la gota son frecuentemente mal evaluadas desde el punto de vista clínico.