Las especies de Corynebacterium forman parte de la flora habitual de piel y mucosas. El Corynebacterium striatum (C. striatum) es un bacilo grampositivo, que suele ser clasificado como un contaminante. La frecuencia de las infecciones por este patógeno ha aumentado por el mayor número de pacientes inmunodeprimidos1,2 y se considera un agente nosocomial emergente3. Exponemos el primer caso de artritis de hombro por esta bacteria en una paciente inmunocompetente. Se trata de una mujer de 59 años que acude por dolor y tumefacción del hombro derecho de 48h de evolución, previamente había presentado omalgia mecánica esporádica, por lo que en su centro de atención primaria había recibido una infiltración del hombro con corticoides 4 días antes del inicio de la clínica. Como antecedentes destacaba hipercolesterolemia. En la exploración presentaba febrícula (37,5°C) e impotencia funcional a la abducción y rotaciones del hombro, con tumefacción y aumento de temperatura local, siendo el resto normal. Analíticamente destacaba, PCR de 150mg/dl y VSG de 54mm/h. En la radiografía simple, se objetivó un aumento de partes blandas y ecográficamente se evidenció derrame en la bursa subacromial y receso posterior de la articulación glenohumeral. Se realizó una bursocentesis, obteniendo líquido sinovial inflamatorio con glucosa <5mg/dl y leucocitos 111,9×109/l. Se identificaron bacilos grampositivos, por lo que se inició antibioterapia empírica con ceftriaxona 2g por vía intravenosa diarios y cloxacilina 2g por vía intravenosa cada 6h. Tras 24h de cultivo del líquido sinovial, creció C. striatum (sensible a penicilina y vancomicina, y resistente a quinolonas y rifampicina), por lo que se continuó en monoterapia con ceftriaxona. En la imagen por resonancia magnética de hombro aparecieron signos de artritis, bursitis y afectación de estructuras tendinosas, musculares y óseas de vertiente anterior del hombro, con probable rotura parcial del supraespinoso. El servicio de traumatología desestimó la actuación quirúrgica. El cuadro se resolvió a los 15 días de iniciar el antibiótico, con normalización de reactantes de fase aguda, y se mantuvo la ceftriaxona hasta completar un mes de tratamiento por vía intravenosa. En un estudio de imagen por resonancia de control a los 2 meses, quedó demostrada la resolución del proceso.
Se han publicado diversos casos de infecciones por C. striatum, siendo más frecuentes en inmunodeprimidos y con origen nosocomial4; tras revisar la literatura, hemos encontrado casos de infecciones respiratorias, peritonitis, endometritis, úlceras crónicas4, endocarditis5, septicemia, osteomielitis, un absceso mamario, infecciones urinarias, oculares y de catéteres centrales6, transmisión persona a persona en unidades de cuidados intensivos7, meningitis8 e infecciones en prótesis articulares9. En los últimos años, se han descrito diversas resistencias antibióticas; por esta razón, se suele utilizar vancomicina, ya que no se ha publicado resistencia in vitro a la misma. En la endocarditis por C. striatum, además de vancomicina sola o con gentamicina3, se ha usado penicilina y en algunos pacientes se ha descrito buena respuesta a daptomicina en monoterapia o asociada a rifampicina6. Solamente hay descritos en la literatura 2 casos de infección articular nativa por C. striatum4,10, ambos en pacientes con un estado inmunitario comprometido. Una artritis de codo tras una lesión cutánea adyacente10, que se trató con vancomicina por vía intravenosa, aztreonam y cirugía, con cambio a ciprofloxacino por efectos adversos, y una artritis de rodilla espontánea que se resolvió con vancomicina y cirugía4.
Este es el primer caso de artritis de hombro por C. striatum, en una paciente inmunocompetente y sin factores de riesgo, probablemente secundaria a una infiltración local con corticoides. Se demostró sensibilidad del germen a la penicilina y el cuadro se resolvió con ceftriaxona por vía intravenosa durante un mes, sin necesidad de cirugía.