La infiltración amiloide a nivel de la gándula tiroidea es un fenómeno frecuente, sin embargo la aparición de un bocio e hipertiroidismo por depósito amiloide es raro, incluso en pacientes con amiloidosis conocida1,2. El hecho de que un bocio amiloide sea la primera manifestación de una amiloidosis sistémica secundaria es excepcionalmente raro en la literatura. Es el motivo por el que se presenta este caso clínico3,4.
Varón de 41 años con antecedentes personales de mielomeningocele intervenido al nacimiento, úlcera sacra posquirúrgica de larga evolución y vejiga neurógena sin nefropatía conocida previamente. Ingresa por bocio de gran tamaño con crisis tirotóxica. Se diagnostica de enfermedad de Graves Basedow. Postratamiento médico se decide tiroidectomía con el hallazgo histológico incidental de bocio amiloide. Con los estudios complementarios se llegó al diagnóstico de amiloidosis sistémica tipo AA, secundaria a úlcera sacra tórpida de larga evolución e insuficiencia renal tipo 3.
El bocio amiloide se define como presencia de sustancia amiloidea extracelular que produce clínicamente agrandamiento de la gándula. Estos depósitos se tiñen característicamente con rojo Congo (fig. 1) y también presenta una birrefringencia verde al microscopio óptico de luz polarizada4,5.
El cuadro clínico se caracteriza por un crecimiento rápido del volumen tiroideo, progresivo y que es bilobular, lo que hace que el tratamiento quirúrgico sea de elección en estos pacientes5,6.
Es importante excluir previamente un proceso maligno, como podría ser un carcinoma anaplásico o un linfoma, y para ello es muy útil la biopsia por aspiración con aguja fina del bocio5,6.
Los pacientes pueden presentar síntomas de estructuras vecinas como disfagia, disnea y/o disfonía. Habitualmente la función tiroidea es normal, sin embargo en una minoría de casos coexiste un hipotirodismo o un hipertirodismo7.
La amiloidosis es un grupo de enfermedades caracterizadas por el depósito en el tejido extracelular de una proteína llamada amiloide. Las formas más comunes de amiloidosis sistémicas son la primaria de cadenas ligeras y la secundaria debida a enfermedades crónicas5,8. En los estudios necrópsicos, la infiltración amiloide en el tiroides está presente en el 80% de los pacientes con amiloidosis secundaria y en el 50% de los pacientes con la forma primaria6.
En conclusión, el bocio amiloide debería de ser sospechado en aquellos pacientes con crecimiento rápido, progresivo y bilobular del tiroides en los que existe un proceso o enfermedad inflamatoria crónica de larga evolución. La biopsia por aspiración con aguja fina ayudará al diagnóstico definitivo y a excluir otros procesos que pueden ser malignos.
Conflicto de interesesLos autores declaran no tener ningún conflicto de intereses.