El uso de los tratamientos biológicos ha revolucionado en los últimos años el manejo de numerosos procesos autoinmunitarios. Ello ha llevado a numerosos investigadores y clínicos a intentar aplicar estas terapias en otras enfermedades (lupus, síndrome de Sjögren, vasculitis, etc.). Desde la introducción de los corticoides e inmunosupresores, las vasculitis pasaron de ser enfermedades mortales a tener tasas de remisión elevadas. Sin embargo, son tardías, no son permanentes y requieren el uso mantenido de fármacos. En este contexto, los nuevos fármacos biológicos han de superar el reto de inducir una remisión temprana y permanente que minimice el daño orgánico irreversible, reducir (o eliminar) la exposición a esteroides e inmunosupresores y mejorar la función del paciente. En este capítulo se revisan los datos que existen actualmente en la literatura respecto a la utilidad de los fármacos biológicos en las vasculitis sistémicas.
The use of the biological therapies has revolutionized in the last years the handling of numerous autoimmune processes. It has taken to numerous physicians and investigators to try to apply these therapies in other diseases (lupus, Sjögren, vasculitis, etc). From the introduction of corticosteroids and immunosupressives, vasculitis were no more a mortal diseases, and it was possible to obtain high rates of remission. Nevertheless, they are delayed, they are not sustained, and require of the use of maintained drugs. Against this background, the new biological drugs have to surpass the challenge to induce an earlier and permanent remission that diminishes irreversible organ damage, to reduce (or to eliminate) the exposition to steroids and immunesupressives and to improve the patient function. This article reviews data present until now in literature with respect to the utility of biological drugs in systemic vasculitis.