To assess the prevalence of systemic and organ-specific autoimmunity among individuals with human inborn errors of immunity (IEI).
MethodsRetrospective study. We recorded demographic variables, type of immunodeficiency, and systemic and organ specific autoimmunity.
ResultsWe included 48 patients (54.1% men) with mean age of 32.1 years. The most common IEIs included combined immunodeficiency with syndromic features (31.2%) and predominantly antibody deficiency (20.1%). We observed autoimmunity in 15 patients (31.2%): 12 organ-specific autoimmunity and 5 systemic autoimmunity, not mutually exclusive groups. Organ-specific autoimmunity preceded the onset of IEI in 5 patients, was concurrent in one patient, and developed after the diagnosis of IEI in 6 cases. From the systemic autoimmunity group, we observed polyarteritis nodosa (n = 2), antiphospholipid syndrome (APS) (n = 2), and overlap of limited systemic sclerosis/APS/Sjögren's syndrome (n = 1), and in all cases, this occurred after the IEI diagnosis.
ConclusionOur findings confirm the coexistence of autoimmunity and IEI. This overlap may be attributed to B and T cell disorders, as well as potential alterations in the microbiota in these patients.
Evaluar la prevalencia de autoinmunidad sistémica e inmunidad órgano-específica en pacientes con errores innatos de la inmunidad (EII) en un centro de tercer nivel de atención.
MétodosEstudio retrospectivo. Se registraron variables demográficas, tipo de inmunodeficiencia, y autoinmunidad órgano-específica y sistémica.
ResultadosSe incluyeron 48 pacientes (54.1% hombres) con edad promedio de 32.1 años. Las EIIs más frecuente fueron inmunodeficiencia combinada con características sindrómicas (31.2%) y deficiencia predominantemente de anticuerpos (20.1%). Documentamos autoinmunidad en 15 pacientes (31.2%): 12 órgano-específica y 5 sistémica, grupos no mutuamente excluyentes. La autoinmunidad órgano-específica precedió en 5 pacientes a la EII, en 1 fue concomitante y en 6 posterior. Del grupo de autoinmunidad sistémica observamos poliarteritis nodosa (n = 2), síndrome antifosfolípido (SAF) (n = 2) y sobreposición esclerosis sistémica limitada/SAF/Síndrome de Sjögren (n = 1), y en todos fue posterior a la EII.
ConclusiónNuestros hallazgos apoyan la coexistencia de autoinmunidad en EII. Esta coexistencia podría deberse a una alteración inmunológica en células B y T, así como al posible papel de una microbiota alterada en estos pacientes.