Hoy en día, la alimentación (dieta) mediterránea (Diet-Med) es posiblemente el concepto dietético y nutricional más difundido tanto entre la comunidad científica como entre los consumidores del mundo desarrollado. Ello es debido a que los resultados de numerosos estudios básicos, clínicos y epidemiológicos han llevado a considerarla como un factor protector en el desarrollo de múltiples procesos como las enfermedades cardiovasculares, distintos tipos de cáncer, las enfermedades neurodegenerativas e incluso el propio envejecimiento1. El término de Diet-Med se refiere a los patrones tradicionales de alimentación propia de los países mediterráneos hace aproximadamente 50 años. Aunque existen distintas variedades, los componentes principales de esta alimentación son: a) un elevado consumo de cereales, frutas, verduras, frutos secos y legumbres; b) el aceite de oliva como fuente principal de la grasa; c) un consumo moderado de pescado, pollo, leche y productos lácteos (especialmente en forma de queso y yogurt); d) un bajo consumo de carne y productos cárnicos, junto con e) un alto grado de actividad física y el consumo diario de vino2.
La artrosis u osteoartritis (OA) es el trastorno reumatológico más común y una causa de dolor e incapacidad en la población general. Afecta a 240 millones de personas en el mundo, con una prevalencia del 10% en hombres y un 18% en las mujeres. En España afecta al 10% de la población mayor de 20 años y al 19,6% en la población mayor de 40 años3.
Los factores de riesgo de la OA incluyen la edad, el género, un antecedente traumático, el sobrepeso y la obesidad, factores mecánicos y una predisposición genética. La obesidad es el factor de riesgo modificable más importante de la OA. Los hombres y las mujeres obesos tienen de 4 a 5 veces más riesgo de desarrollar OA de rodilla4.
La relación entre obesidad y OA es multifactorial. Históricamente la obesidad se ha relacionado con un desgaste articular, pero la existencia de una asociación entre sobrepeso y artrosis de manos indica que otros factores, además de los mecánicos, pueden jugar un papel5. Diversos estudios muestran que los pacientes obesos presentan ciertos factores metabólicos que inducen la liberación de ciertas citocinas, como la IL-6, CCL2 y la IL-8, adipocinas proinflamatorias, óxido nítrico y metaloproteinasas, que contribuyen a la degradación del cartílago articular6.
La prevalencia de síndrome metabólico, caracterizado por hipercolesterolemia, hipertensión y resistencia a la insulina, es mayor en pacientes con OA7. Los pacientes con OA y síndrome metabólico presentan mayor incidencia de inflamación y dolor en comparación con los pacientes con OA sin síndrome metabólico8.
Las recomendaciones internacionales para el abordaje de la OA se basan en medidas no farmacológicas, tratamiento farmacológico y tratamiento quirúrgico. Dentro de las medidas no farmacológicas se recomienda la actividad física y la pérdida de peso. En algunos estudios, se ha demostrado que la nutrición puede tener un papel beneficioso en el manejo de la OA9. Algunos investigadores han demostrado que la Diet-Med puede tener un efecto protector por sus propiedades antiinflamatorias, por su capacidad antioxidante, y por su efecto sobre la obesidad y el síndrome metabólico. La Diet-Med, rica en polifenoles, previene la inflamación, la destrucción del cartílago y produce una disminución de los ácidos grasos omega 6 (n-6) a favor de los ácidos grasos omega 3 (n-3). Una ingesta elevada de ácidos grasos n-6 induce inflamación sinovial y deterioro del cartílago articular. Las dietas altas en grasas aumentan los niveles de leptina del cartílago, contribuyendo a una progresión acelerada de la OA. En cambio, componentes derivados de los ácidos grasos n-3 disminuyen la expresión génica de las proteinasas que se encuentran en el cartílago articular lesionado, y de las citocinas inflamatorias10. En algunos estudios, se ha observado que la ingesta de antioxidantes, como la vitamina C, previene la progresión de la OA11.
El aceite de oliva es uno de los elementos más emblemáticos de esta dieta y muchos de sus efectos beneficiosos se han relacionado con su alto contenido en ácidos grasos monoinsaturados (AGM), así como en los compuestos fenólicos presentes en el aceite de oliva virgen. Por otro lado, el aceite de oliva ha demostrado reducir el dolor y mejorar la funcionalidad y la calidad de vida en pacientes con OA12.
Los frutos secos son muy ricos en grasa insaturada (AGM en almendras y avellanas, y ácidos grasos poliinsaturados [AGP] en nueces y piñones). Además de contener abundante ácido linoleico (AGP de la serie n-6), las nueces y los piñones tienen cantidades apreciables de ácido alfa-linolénico (AGP de la serie n-3). Los frutos secos también son ricos en otros componentes como arginina (precursor del óxido nítrico), ácido fólico, vitamina E y polifenoles antioxidantes, fitoesteroles y otros compuestos fitoquímicos. Estudios clínicos de intervención dietética a corto y medio plazo en pacientes hipercolesterolémicos han mostrado que el consumo diario de una cantidad razonable de frutos secos tiene un efecto reductor del colesterol total y del cLDL, así como una mejoría de la función endotelial y una reducción de los marcadores sistémicos de inflamación en pacientes hipercolesterolémicos13. Solo se ha publicado un estudio que analiza el efecto de los frutos secos (un preparado de nueces) y la OA, mostrando una mejoría clínica de los pacientes14.
La relación entre Diet-Med y OA es compleja y existen pocos estudios que hayan examinado esta relación. En una revisión sistemática que hemos realizado recientemente con el objetivo de analizar la evidencia entre Diet-Med y OA, solo 3 estudios, de los 8 identificados, cumplían los criterios de inclusión. Los resultados han puesto de manifiesto que existe una asociación positiva entre la adherencia a la Diet-Med y una menor prevalencia de OA. Los participantes también referían una mejor calidad de vida. De los biomarcadores analizados, únicamente se encontraron diferencias significativas con la IL1-α que estaba disminuida en el grupo de la Diet-Med15. Sin embargo, la evidencia es limitada, y creemos que serían necesarios más estudios de intervención para poder evaluar la eficacia a largo plazo de la Diet-Med, con el fin de mejorar la sintomatología y/o prevenir la OA.
Queremos destacar que, hasta el momento, no se ha realizado ningún estudio aleatorizado y controlado en nuestro país que pueda proporcionar la evidencia científica de nivel suficiente para efectuar recomendaciones dietéticas a la población sobre los efectos beneficiosos de la Diet-Med en la prevención de la OA.
Por ello, creemos que una intervención dietética fundamentada en el patrón de la Diet-Med tradicional, suplementada con aceite de oliva y frutos secos, es una aproximación sostenible y eficaz a largo plazo para la pérdida de peso en pacientes con OA de rodillas. Puede producir una mejora en la calidad de vida del paciente, mejorar la movilidad articular y reducir el dolor. La disminución ponderal y el efecto antiinflamatorio de la Diet-Med podrían ser dos de los mecanismos mediante los que la Diet-Med disminuiría la progresión de la OA.