Los cambios sucedidos en la reumatología española en los últimos años son vertiginosos en sus 3 vertientes: asistencial, docente y de investigación. A la sazón del artículo que publica Maese1 en este número de Reumatología Clínica, el autor del presente editorial desea hacer unas reflexiones acerca de la evolución de la investigación en reumatología.
El estudio seminal de Cami et al2 puso de manifiesto la progresión cuantitativa y cualitativa de España en el campo de la biomedicina entre los años 1990 y 1993. En efecto, España se situaba en el sexto lugar de la Comunidad Europea, lo que correspondía a un 6,1% de la producción científica de la Comunidad Europea y a un 1,8% de la producción científica mundial. En el mencionado período se publicaron 21.434 documentos científicos (un 67% original), de los que Madrid y Cataluña fueron los mayores productores científicos. En este artículo los autores se hacían eco de la progresión de la reumatología (229 documentos, el 33% eran cartas). Posteriormente, en el análisis de los años 1996 y 2004, el aumento de documentos en biomedicina fue del 8% y el aumento de las citaciones en índices internacionales fue del 20%. Los autores remarcaban la asimetría de la producción científica en España, que se polarizaba entre Madrid y Barcelona3.
No obstante, no todo son flores para la reumatología española, ya que no todo lo que se presenta en los congresos tiene después trascendencia4. En este sentido, un estudio realizado puso de manifiesto que sólo un 20% de los resúmenes remitidos a los congresos tiene una publicación con un factor de impacto ulterior. ¿Cuál es el papel de estas comunicaciones que quedan en el limbo científico? En ocasiones sirven para justificar una ida a un congreso, sea delante de la institución, sea delante del propio equipo. No comunicar los trabajos que uno hace es un flaco favor a la comunidad científica y a uno mismo. Estos datos son parecidos a los de Europa continental pero están lejos de la esfera inglesa, donde los porcentajes son superiores y llegan al 40%. Probablemente, esto refleje una estructura profesional y universitaria mas exigente, en donde si no se tienen resultados, no se tiene ni dotación económica ni renovación de contratos.
Una lectura detallada de las bases de datos en búsqueda de artículos que hayan publicado autores españoles sobre reumatología pone de manifiesto que las publicaciones de algunos centros en revistas de reumatología con factor de impacto corresponden, en ocasiones, a especialidades ajenas a la reumatología y con las que se mantiene una sana competitividad. En otras palabras, las cifras elevadas de citaciones y de artículos en los índices bibliométricos sobre reumatología corresponden, en ocasiones, a autores de otras especialidades. El trabajo de Maese discrimina este hecho y averigua con exactitud el número de documentos realizados por reumatólogos. Es más, es una de las pocas búsquedas donde también se han incluido documentos publicados en revistas biomédicas más dedicadas a enfermedades óseas metabólicas: ardua labor.
La diversidad geográfica de las publicaciones es motivo de satisfacción. Madrid y Barcelona son las 2 ciudades con mayor población y con mayor número de reumatólogos. En números absolutos concentran la mayor actividad científica en reumatología. Es interesante observar que hay comunidades (como el caso de Galicia) que incluso en números absolutos tienen una productividad más que destacable. Y, si se tiene en cuenta la relación de la población con la producción científica, se suman a la élite otras comunidades como Cantabria. Asimismo, el número de colaboraciones internacionales también prosigue su aumento, un dato que avala la calidad de las publicaciones científicas y que es importante ponderar.
Cabe destacar que la investigación en ciencias de la salud está en la agenda de los políticos, y así lo demuestran las inversiones en la creación de centros de investigación. Probablemente las cifras mejorarían si las estructuras obsoletas de la anquilosada Universidad Española dejasen paso a jóvenes investigadores y olvidasen de una vez por todas una patente endogamia y mediocridad. En este sentido, la creación de la Agencia Nacional de Evaluación de la Calidad y Acreditación (ANECA) es una buena noticia, aunque aún se está lejos de mejorar una estructura ubicada en la retaguardia científica.
La Sociedad Española de Reumatología (SER) es consciente de los retos del futuro. La creación de la unidad de investigación es un hecho importante. Su estabilidad, su poder de creación y su independencia científica deben continuar. Asimismo, el ambicioso plan DIB–SER también estimula la formación de científicos y ayuda a la creación de laboratorios de investigación. Continuar por esta senda es muy importante. Una propuesta para el futuro puede verse en la tabla 1.
Tabla 1. Futuro de la Investigación en Reumatología: 6 propuestas para el próximo milenio
• Creación y consolidación de unidades de investigación en los hospitales públicos • Equilibrar asistencia con docencia e investigación • Colaboración entre investigadores y centros • Estimular y facilitar el camino a los jóvenes investigadores • Creación y consolidación de becas para visitar otros centros foráneos (estancias cortas, años sabáticos) • La investigación en Biomedicina esta en la agenda de lo políticos....¡Apuntémonos! |
Por último, cabe destacar que estos excelentes números son el resultado de un número determinado de reumatólogos que se dedican a la investigación básica en reumatología. No obstante, una lectura de lo que han publicado autores españoles pone de manifiesto la importancia de los trabajos clínicos y epidemiológicos. Todo esto es posible por los reumatólogos de a pie que dedican parte de su tiempo a la asistencia y que, en muchos casos, invierten tiempo en el diseño de buenos trabajos clínicos que después se publican en revistas de prestigio. El equilibrio entre la investigación clínica y la investigación básica es importante para el progreso de la reumatología.