Sr. Director: Hemos leído con interés el artículo de Lafuente et al1 “Fascitis plantar: revisión del tratamiento basado en la evidencia”, que actualiza de forma clara y concisa aspectos relacionados con el tratamiento de este problema de gran interés en la práctica diaria. No obstante, nos gustaría tratar algunos puntos sobre el tema, para complementar la revisión con los últimos estudios aparecidos no recogidos en ella, y así proporcionar una nueva actualización al lector.
Sobre el tratamiento con ortesis plantares hemos recuperado un único ensayo clínico aleatorizado2, que comparó la eficacia de ortesis “a medida”, ortesis prefabricadas y unas ortesis falsas o placebo, para la reducción del dolor. No se encontró diferencias estadísticamente significativas entre los grupos, no obstante hubo una pequeña disminución del dolor con el uso de las ortesis “a medida” y las prefabricadas con respecto a las falsas2. Además, no se halló diferencias entre el tratamiento mediante ortesis “a medida” y prefabricadas2.
Con respecto al tratamiento mediante fármacos antiinflamatorios no esteroideos (AINE) orales, un ensayo clínico aleatorizado3 comparó el tratamiento mediante celecoxib (200mg/día) con placebo, en sujetos que además recibían un tratamiento conservador compuesto por estiramientos del tendón de Aquiles, taloneras viscoelásticas y ortesis nocturnas, no hubo diferencias significativas entre ambos grupos, aunque el grupo de AINE experimentó una mejoría en la reducción del dolor y la incapacidad.
Referente a los ejercicios de estiramiento, se ha localizado un ensayo clínico aleatorizado4, que no encontró diferencias significativas en la mejora del dolor al “primer paso”, en el dolor del pie y en la función del pie o la salud general de los pies entre el tratamiento mediante estiramientos del tendón de Aquiles y el placebo, por lo que no hay evidencia que respalde la efectividad de los estiramientos del tendón de Aquiles. Entre las limitaciones de este estudio se encuentra la técnica de estiramientos utilizada y el corto período para medir los resultados (2 semanas)4.
El artículo de Lafuente et al1 también comenta que no hay evidencia en las medidas higiénicas, como la reducción del peso corporal, aunque esto es cierto, nos gustaría comentar algunos aspectos que consideramos de interés para el lector. Una revisión sistemática5 encontró asociación entre un índice de masa corporal (IMC) elevado y el riesgo de padecer dolor plantar de calcáneo en sujetos no deportistas; entre los trabajos revisados, hay un estudio de casos y controles6 que encontró que para un IMC > 30 se incrementa el riesgo de fascitis plantar hasta casi 6 veces más que para un IMC ≤ 25. Otro estudio de casos y controles7, no incluido en dicha revisión, también encontró asociación entre un IMC elevado y el riesgo de presentar dolor plantar de calcáneo. Ante estos datos, aunque no esté claro qué papel tiene un incremento del IMC en el desarrollo del dolor plantar de calcáneo5, una disminución de este índice podría ser una forma efectiva de prevención y/o intervención.