Ha muerto el Dr. del Olmo.
La contundencia de la noticia no basta para cerrar, sin más, la biografía del Dr. José Antonio del Olmo Bru (24/V/1936-24/X/2007), su valía impone recordar su trayectoria profesional.
Formado como internista en la Escuela del Dr. Pedro Pons y como reumatólogo con el Dr. Rotés Querol, nunca dejó de utilizar su formación básica médica con la de su especialidad, lo que lo llevó a poseer amplios conocimientos en ambas ramas de la medicina.
Su carrera profesional la ejerció en Barcelona (Hospital Clínic y Facultad de Medicina) y fue uno de los fundadores de la Escuela Oficial de Reumatología, que ha formado a numerosos reumatólogos que ejercen hoy no sólo en todo el territorio nacional sino también en Centroamérica y Suramérica.
No dudo que quienes tuvieron el privilegio de ser sus alumnos no olvidan su ágil y directo talante didáctico, aderezado por su muy personal sentido del humor.
Dotado de gran inteligencia, ironía y amplios conocimientos, sabía granjearse no sólo la atención e interés de sus estudiantes, sino el respeto y afecto de sus pacientes. En cuanto a nosotros, médicos que tuvimos la suerte de “sufrirle”, no dejamos de admirar su incomparable razonamiento deductivo, con el que llegaba al diagnóstico de los casos difíciles y complicados. No es extraño que se le asignaran los casos raros u oscuros, ante la certeza de que sabría resolverlos.
No fue amante de congresos ni de reconocimientos oficiales, huía de componendas y de los presuntuosos y no toleraba la incompetencia.
Muy aficionado al mar, fue un pescador experto y en sus últimos años se vio absorbido por los “encantos” de internet.
El Dr. del Olmo fue un hombre libre, buen compañero, fantástico hacedor de cercanía con los enfermos y, por encima de todo –a mi entender–, uno de los mejores reumatólogos clínicos del país. Descansa en paz, Toni.