El dolor en carpo y antebrazo es un motivo frecuente de consulta en reumatología. Entre las causas de origen mecánico más habituales se encuentran las tendinitis por sobreuso o microtraumatismos de repetición. Destaca por su frecuencia la tendinitis de De Quervain, aunque existen también otros procesos menos comunes con presentación clínica similar.
Se presenta el caso de una mujer de 28 años, sin antecedentes de interés, que consultó por aparición súbita de dolor y tumefacción en cara dorsal del tercio distal de antebrazo derecho junto con marcada limitación funcional para la extensión del carpo y del primer dedo. La paciente trabaja como administrativa y como único antecedente refería haber realizado remo varios días durante sus recientes vacaciones. A la exploración se apreciaba calor local y tumefacción en la región dorsolateral del antebrazo unos 5cm proximal a la articulación radiocarpiana. Con la extensión resistida del primer dedo se incrementaba el dolor y presentaba llamativa crepitación a dicho nivel. La maniobra de Finkelstein fue positiva, dolorosa a unos 5cm proximal a la articulación radiocarpiana. La exploración sensitiva fue normal. No existía sinovitis ni dolor a otros niveles.
Se realizó una ecografía (Imagen 1) evidenciando tenosinovitis de los 2 tendones del I compartimento extensor (extensor corto y abductor largo del pulgar) a nivel de tercio distal del antebrazo coincidiendo con el cruce con los tendones del II compartimento dorsal, sin presencia de señal power Doppler. Se realizó la medición conjunta de los tendones AL+ERL y EC+ERC, siendo de 0,38 y 0,41cm2, respectivamente, superior a los valores normales descritos1. No existía afectación tendinosa a nivel de la estiloides radial. El estudio ecográfico del carpo y del antebrazo del lado sano fue normal. Se diagnosticó de síndrome de la intersección distal secundario a la práctica de remo. La paciente fue tratada con reposo e inmovilización durante una semana y se realizó una infiltración ecoguiada con 40mg de acetónido de triamcinolona. A las 2 semanas presentaba mejoría clínica y ecográfica completa.
Imagen ecográfica transversal de la región distal de antebrazo derecho. Se observa tenosinovitis (flecha) de los tendones del I y II compartimento extensor a nivel del cruce de ambos. AL: tendón abductor largo del primer dedo; EC: tendón extensor corto del primer dedo; ERC: tendón extensor radial corto; ERL: tendón extensor radial largo; R: radio.
El síndrome de intersección distal, también llamado síndrome de la encrucijada o paratendinitis seca de los radiales se debe al roce mecánico entre los tendones abductor largo y extensor corto del pulgar y los tendones de los extensores radiales del carpo (corto y largo) que se sitúan por debajo de los 2 anteriores2. Los 4 tendones se cruzan formando un ángulo de 30° a unos 4-5cm de la articulación radiocarpiana (Imagen 2). La principal causa de inflamación a dicho nivel es el roce por sobreutilización de causa laboral (mecanografía o carpintería) o deportiva (golf, remo y deportes de raqueta) por flexo-extensión repetida de la muñeca3,4.
El diagnóstico suele ser clínico en función de la localización del dolor y la crepitación, pudiendo realizarse una ecografía para confirmar los hallazgos de tenosinovitis5,6. El diagnóstico diferencial hay que realizarlo con la tenosinovitis de De Quervain, el síndrome de Wartenberg (neuropatía compresiva de la rama sensitiva del nervio radial) y con la tendinitis del extensor común7. La maniobra de Finkelstein puede ser positiva, pero el hallazgo determinante para el diagnóstico es la localización del área dolorosa situada a unos 5cm de la articulación radiocarpiana (Imagen 2).
El tratamiento se basa en frío local, reposo con inmovilización del carpo y antiinflamatorios, precisando en casos graves o recidivantes de infiltraciones locales que suelen ser de gran utilidad. El tratamiento quirúrgico liberando el II compartimento extensor puede ser necesario en casos limitantes asociados a actividad deportiva.
En resumen, el síndrome de la intersección distal debe considerarse en el diagnóstico diferencial de la tenosinovitis de De Quervain de presentación atípica, siendo la clave diagnóstica la localización del dolor más medial y proximal y la presencia de crepitación.
Conflicto de interesesLos autores declaran no tener ningún conflicto de intereses.