Sr. Editor:
El etoricoxib es un fármaco antiinflamatorio no esteroideo perteneciente a la familia de los inhibidores selectivos de la ciclooxigenasa (COX)-2. Los estudios clínicos ya han demostrado que el etoricoxib se relaciona con una inhibición dependiente de la dosis de la COX-2, sin inhibir la COX-1, incluso en dosis de hasta 150mg/día. El etoricoxib no inhibe la síntesis de las prostaglandinas gástricas ni afecta la función plaquetaria. Clínicamente, en pacientes con osteoartritis (en dosis de 60mg de etoricoxib una vez al día) ha mostrado una reducción del dolor y una mejoría del estado general del paciente a partir de la segunda dosis; estos efectos beneficiosos se mantienen durante al menos 52 semanas. Igualmente, en la artritis reumatoide, las dosis de 90mg/día de etoricoxib fueron eficaces, ya que suprimieron el dolor y la inflamación y mejoraron la movilidad. En varios estudios endoscópicos realizados en doble ciego, el etoricoxib mostró durante 12 semanas de tratamiento con dosis de 120mg una incidencia de ulceración gastroduodenal significativamente menor que la que produjo el naproxeno (500mg 2 veces al día) o el ibuprofeno (800mg 3 veces al día). Sin embargo, en comparación con el placebo, se observó una mayor incidencia de ulceraciones gastroduodenales en los pacientes tratados con etoricoxib1,2,3,4,5,6. Asimismo, no se han publicado casos de sobredosis o de seguridad de la ingesta de dosis extremadamente altas de etoricoxib, como es nuestro caso.
Caso clínicoSe trata de una paciente mujer de 22 años de edad, caucásica mediterránea, casada y con un hijo, que trabaja en el ámbito sanitario. Somáticamente, no consume ningún tipo de drogas, no toma anticonceptivos orales y únicamente presenta lumbalgias y una bursitis crónica en la muñeca izquierda, todas bastante dolorosas y relacionadas con su trabajo. La paciente había tratado infructuosamente con diversos analgésicos y rehabilitación. Finalmente, se le prescribió 60mg/día de etoricoxib con excelentes resultados analgésicos.
En coincidencia con una situación muy conflictiva de pareja, la mujer inicia tratamiento con 5mg de diacepam a demanda que pauta su médico de cabecera. Tras una discusión de pareja, realiza una ingesta masiva e impulsiva de 840mg de etoricoxib y de 40mg de diacepam. Arrepentida de la situación, ella misma acude por su propio pie al Servicio de Urgencias, donde se le realiza una valoración inicial y se mantiene en observación durante 12h. La analítica general (bioquímica general, hepática, gasometría, hemograma, coagulación y fórmula) y la exploración física al ingreso son estrictamente normales. Las constantes están dentro del rango de la normalidad (presión arterial inicial de 130/75mmHg y al alta de 125/65mmHg; frecuencia cardíaca inicial de 85lpm y al alta de 64lpm). No presenta edemas. A las 12h se le realiza una nueva valoración física y psiquiátrica. En ese mismo momento también refiere pirosis y se le administran 20mg de omeprazol de forma puntual. No se considera necesario realizar endoscopia ni electrocardiograma. También se inicia tratamiento antidepresivo mediante 10mg/día de escitalopram y se envía para seguimiento en nuestras consultas ambulatorias.
Al cabo de varias semanas, el cuadro ansiosodepresivo reactivo cede y no presenta ninguna complicación posterior. La pirosis cede con la administración de la dosis puntual de omeprazol y no se ha repetido.
DiscusiónEl caso clínico presentado responde a una típica reacción aguda ante un estrés personal muy grave. La evolución posterior ha sido excelente y, de hecho, no presentó ningún tipo de complicación de la ingesta, excepto la pirosis puntual que remitió en poco tiempo con la administración de omeprazol. Tampoco presentó complicaciones cutáneas ni trombóticas. En este caso concreto se evidenció la buena respuesta de esta sobredosis, resuelta sin medidas extraordinarias. Los antiinflamatorios no esteroideos inhibidores selectivos de la COX-2 son un grupo en constante expansión y debemos suponer que, al ampliarse su uso, puedan relacionarse con un patrón de abuso o, como ocurre con otros antiinflamatorios no esteroideos, se utilicen con intención letal o autolesiva. Sin embargo, este caso no acabó así.