Hemos leído con atención el original de Sánchez Piedra et al. y quisiéramos hacer algún comentario al respecto1.
Los autores estiman una tasa de 2,17 reumatólogos por 100.000 habitantes en España, sin considerar a Ceuta y Melilla. Nuestro primer comentario es preguntar el porqué de la exclusión de estas ciudades autónomas que dejaron de depender de Cádiz y Granada respectivamente en el año 19952.
La tasa –tal como comentan los autores– es imperfecta, pero es una medida utilizada por diferentes sociedades científicas reumatológicas. Desde nuestro punto de vista, este tipo de estudios son fundamentales para el devenir de nuestra especialidad. Son un retrato fiel del status quo de la Reumatología, con el que se puede negociar a nivel local, autonómico y estatal. Asimismo en el propio hospital es un hecho a considerar. No debemos olvidar a las asociaciones de enfermos de Reumatología que pueden movilizarse haciendo presión a la administración por la baja tasa de reumatólogos en cualquier ciudad o autonomía.
La Societat Catalana de Reumatologia auspicia desde hace más de 30 años este tipo de estudios3–7.
Respecto a las diferencias entre el número de reumatólogos del estudio de Sánchez Piedra et al. y de Grados et al.: 189 versus 141, pueden explicarse de diferentes maneras. Nuestro estudio se centró únicamente en la Reumatología en el sector público, por el contrario Sánchez Piedra abarca ambos sectores: público y privado. Asimismo la diferencia en años de los estudios es de tres: 2017-2020. Sendas razones de peso. También se observó que algunos reumatólogos trabajaban en varios hospitales en jornadas no completas, por lo que es posible que al suponer jornada completa se haya contado como dos a un mismo reumatólogo. Respecto al cambio de género en la especialidad y la distribución etaria, ambos estudios son concordantes.
Por último comentar que la falta de un censo de reumatólogos es una asignatura pendiente, al menos en Cataluña. Fue una dificultad real y recurrente en nuestro estudio el poder contactar con todos los especialistas. Sánchez Piedra et al. asumen que un 95% de los reumatólogos activos en España son socios de la Sociedad Española de Reumatología (SER).
Tal como comentan los autores, la disparidad en los resultados de diferentes estudios es producto de metodologías heterogéneas. Razón por la que EULAR ha elaborado criterios de oferta y demanda que son una punta de lanza para estudios futuros8.
Por último comentar lo rápido que quedan obsoletos este tipo de trabajos. Hacen bien los autores en remarcar en el encabezamiento «antes de la pandemia». En efecto, la actual pandemia ha cambiado la dinámica contractual de muchos centros de nuestra geografía, aumentado el número de médicos en la mayoría de los hospitales9. Sirva pues de estímulo a las sociedades científicas autonómicas de Reumatología de nuestro país y por ende a la SER en continuar potenciando este tipo de estudios.