Uno de los objetivos estratégicos de la Sociedad Española de Reumatología es liderar el campo de la osteoporosis y otras afecciones óseas metabólicas. Prueba de este empeño ha sido la reciente celebración del III Simposio de la Sociedad Española de Reumatología de Osteoporosis y otras Patologías Óseas Metabólicas que ha tenido lugar en Salamanca, el pasado 7 de octubre. Su continuación natural es la presentación, «negro sobre blanco», de las principales ponencias en forma de número monográfico de Reumatología Clínica. Me permito transcribir a modo de introducción las palabras que pronuncié en la presentación del simposio:
«Para mí, es un honor y un privilegio poder estar aquí, en esta ciudad universitaria centenaria. En la ciudad del Tormes, en el alma profunda de esta España de nuestros desvelos. En el Colegio Mayor Fonseca, una de las más insignes joyas arquitectónicas del renacimiento español.
Quisiera aprovechar la ocasión para contarles una pequeña historia que sucedió muy cerca de aquí, hace 70 años: en esta universidad, aquí a la vera, se desarrolló uno de los hechos más significativos del pulso de las dos Españas que azotó buena parte de nuestra historia contemporánea. En el paraninfo de esta universidad, durante los primeros meses de la guerra civil, tuvo lugar un acto académico en el que intervino uno de los intelectuales más preclaros de la España de la época: don Miguel de Unamuno, filósofo y escritor, rector entonces de esta universidad. Don Miguel, en un paraninfo abarrotado de jerarcas franquistas y en un ambiente de franca animadversión, tuvo el arrojo y la audacia personal de lanzar, en su conferencia, un alegato en contra de la lucha fraticida entre las dos Españas y a favor de la inteligencia y la libertad de cátedra, esencias ambas de la cultura occidental. Este discurso fue interrumpido por un militar africanista, fundador de la Legión, el general Millán Astray, al grito de "viva la muerte, muera la inteligencia". Unanuno replicó: "Venceréis, pero no convenceréis". Aún hoy, este hecho estremece, conmueve y azora, más de 70 años después, los muros de esta noble institución. Vale decir que muy probablemente, don Miguel salvó la vida gracias a los buenos oficios de la esposa del dictador que lo protegió de las hordas de la barbarie.
La historia nos enseña y recuerda el pasado, para que no volvamos, en nuestro caso, a repetirlo. El renacimiento cultural de la España actual se basa, y debe basarse aún más, en la pujanza y el desarrollo de la investigación científica. Con toda modestia, creo que la reumatología española, los reumatólogos españoles y la SER como elemento aglutinador clave del desarrollo de la investigación de calidad han aportado, aportan y confío en que continuara aportando, al menos ese es nuestro afán, su contribución al desarrollo científico del país y a alcanzar la soñada inteligencia unamuniana, que traducido al lenguaje de hoy sería el conocimiento, que es, a su vez y en la actualidad, el estandarte y la medida de la relevancia de un país.
Es objetivo estratégico de la Junta Directiva de la SER, que tengo el honor de presidir, y ya forma parte de una larga tradición, el especial empeño en la formación continuada de nuestros asociados, para que sigan manteniendo los niveles de excelencia que les caracterizan. Pruebas de este objetivo son los múltiples cursos, talleres y simposios que la SER realiza a tal fin. Este simposio es una de las más importantes actividades que la SER realiza en este campo. Empieza a ser una tradición, al ser la tercera vez que se celebra, y esperamos que siga teniendo la necesaria continuidad.
A su vez, la osteoporosis y las enfermedades óseas metabólicas son un área prioritaria de conocimiento de la especialidad. La forma de ser fuertes y dominar un campo es ser los mejores en el conocimiento de ese campo: alcanzando, si fuese posible, la excelencia. Este curso va dirigido a tal fin: que nuestros consocios tengan los adecuados conocimientos para diagnosticar y tratar este relevante grupo de enfermedades y que la reumatología y los reumatólogos ocupen el lugar que, creemos, se merecen en el campo de la patología ósea metabólica.
El programa del simposio, diseñado por el Comité Organizador, al que desde aquí quiero agradecer sus esfuerzos y desvelos, tiene como objetivo revisar aspectos importantes y novedosos en patología ósea metabólica impartidos por ponentes altamente cualificados. Otro objetivo importante es la presentación de la tercera actualización del Documento de Consenso sobre tratamiento y diagnóstico de la osteoporosis posmenopáusica, enfermedad central en la patología ósea metabólica. Ese documento se enmarca dentro de la política llevada a cabo por la SER de impulsar documentos de consenso principalmente fundamentados en la medicina basada en la evidencia, a fin y efecto de servir de cuerpo doctrinal para el quehacer diario de nuestros asociados. Mención especial quiero hacer de la labor desarrollada por nuestro consocio y amigo, el profesor Javier del Pino, como Director del Simposio, así como a todos los expertos que han colaborado en la elaboración del Documento de Consenso. Merece ser destacada la labor de los coordinadores, los Dres. Luis Pérez-Edo y Luis Arboleya, a los que desde aquí quiero dar las gracias por su dedicación y entusiasmo.
Nada habría sido posible sin los esfuerzos del personal de la Unidad de Gestión de la SER, dirigido por Ester Luaces. Y por último, pero no menos importante, at last but not least, la imprescindible, generosa y desinteresada colaboración de la industria farmacéutica; sin ella, este simposio no habría sido posible. A todos ellos, muchas gracias».