Los antimaláricos son ampliamente utilizados en el tratamiento de enfermedades autoinmunes, especialmente la hidroxicloroquina (HCQ). La mepacrina se utiliza en casos de contraindicación o mala respuesta a HCQ, y a veces combinada con ella1. Su consumo puede producir prurito y lesiones dermatológicas como rash o erupciones e hiperpigmentaciones, generalmente leves2. La hiperpigmentación puede afectar a piel y mucosas3,4. La HCQ induce lesiones cutáneas grisáceas o negras, y la mepacrina, coloración amarillenta5. La pigmentación ungueal por estos fármacos es mucho menos conocida2.

Presentamos el caso de una paciente tratada con mepacrina que le provocó coloración amarillenta de la piel y pigmentación azulada de las uñas de manos y pies.

Mujer de 50 años con antecedentes de síndrome de Sjögren y lupus eritematoso sistémico con nefropatía lúpica. El tratamiento con HCQ fue desaconsejado por Oftalmología por drusas miliares en retina y degeneración macular incipiente. Inició tratamiento con mepacrina, 100mg/día durante un año y después 400mg/semana, y presentó pigmentación amarillenta de la piel (fig. 1). Tras cuatro años de tratamiento notó la aparición progresiva de bandas azul-grisáceas horizontales en las uñas de las manos (fig. 2A y B, flechas) y en varias uñas de los pies.

Figura 1.

Pigmentación amarillenta de la piel.

Figura 2.

Bandas azul-grisáceas horizontales subungueales en las uñas de las manos.

La pigmentación ungueal por antipalúdicos tiene una incidencia desconocida, probablemente infravalorada, y podría oscilar para la HCQ desde 0,1% hasta 37,4%2,6. Suelen aparecer lesiones de melanoniquia longitudinal de color marrón-negruzco, no dolorosas, en uñas de manos y pies. Cuando se afecta una sola uña, debemos plantear diagnóstico diferencial con melanoma. La melanoniquia no se considera dosis-dependiente, aunque generalmente aparece en pacientes con mayor dosis acumulada3. La suspensión de los antipalúdicos puede hacer desaparecer la hiperpigmentación, que no siempre remite por completo3.

La pigmentación de piel y uñas por mepacrina es un efecto secundario no tóxico que debería ser conocido por el paciente y por los médicos que le atienden, para evitar la retirada inadecuada de este fármaco o la realización de exploraciones complementarias innecesarias.