Mujer de 36 años con antecedente de lupus eritematoso sistémico de 21 años de evolución, con afectación hematológica, cutánea y articular. En el estudio inmunológico destacan ANA (título 1:1.000, patrón de fluorescencia homogéneo), anti-DNA, anti-ENA y anti-Ro (SSA) positivos. Presenta múltiples nódulos subcutáneos de consistencia dura en tronco y extremidades de aproximadamente 10 años de evolución, que confluyen en cintura, glúteos y muslos formando extensas placas. A lo largo del último año, refiere la aparición progresiva de una úlcera con exudado seroso sobre una de las lesiones en muslo izquierdo. Los cultivos resultaron positivos para Staphylococcus aureus. La radiografía simple de abdomen (fig. 1) y una tomografía computarizada abdominal (fig. 2) revelaron múltiples calcificaciones extraóseas (flechas) de localización subcutánea. A pesar del tratamiento con diltiazem, las calcificaciones persisten y la lesión ulcerosa presenta una evolución tórpida.
Diagnóstico: calcinosis cutisLa «calcinosis cutis» es un trastorno caracterizado por el depósito de sales de calcio (hidroxiapatita o fosfato cálcico) en la piel y el tejido celular subcutáneo1,2. Se distinguen cuatro formas: distrófica, metastásica, iatrogénica e idiopática1,2. La calcinosis distrófica, que incluye a las calcinosis secundarias a enfermedades autoinmunes, se caracteriza por el depósito de sales cálcicas en el tejido previamente dañado y sin que existan alteraciones en el metabolismo fosfocálcico. La calcinosis metastásica afecta a tejidos sanos y es resultado de una alteración del metabolismo fosfocálcico. La calcinosis iatrogénica aparece como consecuencia de un procedimiento invasivo. La asociación de «calcinosis cutis» y lupus eritematoso sistémico es relativamente infrecuente, afectando a pacientes con formas severas y de larga evolución, con predilección por las extremidades y los glúteos1–5. La ulceración de las lesiones y la sobreinfección son frecuentes; ocasionalmente, pueden expulsar material de aspecto calcáreo2. Se han empleado diversos tratamientos (antagonistas del calcio, bifosfonatos, hidróxido de aluminio, warfarina, inyecciones intralesionales de corticoides, entre otros) con resultados variables1–6. El tratamiento quirúrgico solo está indicado en casos seleccionados7.