Introducción: Durante la primera ola de la pandemia provocada por el COVID-19, no estuvieron permitidos ni paseos cortos ni realización de deporte individual durante 7 semanas consecutivas (desde el 16 de marzo hasta el 2 de mayo) en todo el territorio español. Este confinamiento pudo tener consecuencias importantes en el tratamiento, movilidad, estado físico y emocional de los pacientes con enfermedades reumáticas.

Objetivos: Evaluar la adherencia al tratamiento durante la pandemia COVID-19 y el impacto del confinamiento estricto en la actividad de la enfermedad y el estado emocional en pacientes españoles con enfermedades reumáticas.

Métodos: Estudio observacional y transversal llevada a cabo tras 5 semanas de confinamiento estricto (25 de abril a 5 de mayo de 2020) mediante una encuesta electrónica (SurveyMonkey) en pacientes españoles con enfermedades reumáticas. Se recogieron datos acerca del diagnóstico, tratamiento, grado de confinamiento, actividad física en el domicilio, adherencia al tratamiento (mediante la pregunta “¿Ha seguido tomando su tratamiento tal y como lo tenía prescrito por su reumatólogo?”), empeoramiento de la actividad de la enfermedad (dolor, rigidez y fatiga), mediante la pregunta “¿Considera que su nivel de dolor/rigidez/fatiga ha emporado durante el confinamiento?” y alteración del estado de ánimo (ansiedad y tristeza). Se realizaron dos regresiones logísticas univariantes y multivariantes (ajustadas por la adherencia al tratamiento) para evaluar los factores asociados al empeoramiento de la actividad de la enfermedad (empeoramiento del dolor, rigidez y fatiga) y a la aparición de alteraciones del estado de ánimo.

Resultados: Un total de 644 pacientes completaron la encuesta (74,1% mujeres, edad media 48,1 años). Sesenta y dos (9,8%) y 66/630 (10,5%) pacientes espaciaron o interrumpieron su tratamiento, respectivamente, especialmente la terapia biológica (20,3%), seguida de FAMES sintéticos (19,5%). De entre los 128 pacientes que espaciaron o interrumpieron su tratamiento, 36,6% lo hizo porque sintió una mejoría de los síntomas, y el 63,5% lo hizo por miedo a padecer la infección de COVID-19. De entre los pacientes que espaciaron o interrumpieron su tratamiento, el 49,2% lo hizo por decisión propia sin consultar a su reumatólogo. Un empeoramiento de la actividad de la enfermedad (empeoramiento del dolor, rigidez y fatiga) se detectó en 237/633 (37,4%), y los factores independientemente asociados a este empeoramiento (ajustados por la adherencia al tratamiento) (OR, IC95%) fueron el diagnóstico de enfermedad autoinmune (0,56, 0,31-0,99), el diagnóstico de otras enfermedades reumáticas (0,28, 0,08-0,99), actividad física domiciliaria de forma regular (0,61, 0,40-0,95), la presencia de ansiedad (1,98, 1,25-3,14) y tristeza (2,02, 1,28-3,20). Un total de 482/637 (75,7%) pacientes sufrieron una alteración del estado de ánimo (ya sea ansiedad o tristeza) y sus factores independientemente asociados (ajustados por la adherencia al tratamiento) fueron el hecho de ser mujer (2,48, 1,60-3,84), diagnóstico de Artritis Reumatoide (0,54, 0,33-0,88), otras enfermedades reumáticas (0,28, 0,08-0,99) y un empeoramiento de la actividad de la enfermedad (2,95, 1,87-4,65).

Conclusiones: Estos resultados sugieren que una considerable proporción de pacientes con enfermedades reumáticas han sufrido un empeoramiento de su sintomatología, así como una alteración de su estado emocional, durante el confinamiento debido a la pandemia COVID-19.