Mujer de 40 años sometida a trasplante hepático por una cirrosis hepática debida a una infección crónica por el virus de la hepatitis C. A la paciente se le realizó una biopsia ósea de ambas crestas ilíacas con trocar de Bordier de 7mm de diámetro, como parte de un protocolo de estudio de la patología metabólica ósea asociada al trasplante1.
Dos años después del trasplante, la paciente consultó por dolor nocturno en cresta ilíaca derecha, que se irradiaba a la región trocanterea y a la extremidad inferior ipsilateral. En la exploración física se observó únicamente dolor a la palpación de la cresta ilíaca, la movilidad de cadera estaba conservada. Se realizó una Rx de pelvis que mostró una exostosis en la cresta ilíaca derecha (fig. 1), donde se había realizado la biopsia ósea, anomalía que no se observaba en la Rx previa al trasplante (fig. 2).
El dolor mejoró con tratamiento analgésico y no se observaron complicaciones posteriores.
DiscusiónLa biopsia ósea transilíaca, sin decalcificación del especimen, es un procedimiento invasivo utilizado desde hace años para estudiar la patología metabólica ósea2,3. Las técnicas de imagen desarrolladas en los últimos años permiten estudiar la estructura ósea de una forma incruenta, sin embargo, no pueden sustituir a la biopsia ósea en el estudio de la mineralización y del remodelado óseo. Los efectos adversos de la biopsia ósea son escasos y en la mayoría de las ocasiones, leves. Las complicaciones más frecuentes son el dolor en la zona de la biopsia, los hematomas y las hemorragias4–6. Se han descrito ocasionalmente fracturas, lesiones vasculares y nerviosas e infecciones7.
La aparición de una exostosis después de una biopsia ósea es un hallazgo infrecuente. Murphy WA et al describieron la presencia de exostosis en 2 pacientes a los que se había realizado una Rx después de una biopsia de medula ósea8. El desarrollo de esta complicación se ha relacionado con antecedentes de traumatismos y hemorragias que pueden desencadenar una reacción perióstica local8–10. Es posible que sea más habitual, pero que pase desapercibida, al no realizar Rx de forma sistemática tras la práctica de una biopsia ósea.
Un dolor persistente en el lugar donde se ha realizado una biopsia ósea, debe hacernos sospechar la posibilidad de que se haya desarrollado una exostosis.