Los trastornos endocrinológicos suelen tener manifestaciones reumatológicas, las que en ocasiones pueden ser la primera manifestación de la enfermedad. Entre estos trastornos se encuentra el hiperparatiroidismo, que clásicamente se manifiesta por la presencia de cálculos renales, fracturas, pancreatitis y trastornos psiquiátricos1.
Una mujer de 57 años de edad fue internada por presentar dolor generalizado, trastornos del sueño, cefalea hemicraneana, astenia e impotencia funcional de miembros superiores e inferiores. Nueve meses antes se le había diagnosticado fibromialgia, habiendo sido tratada con fluoxetina 20mg/día y clonazepam 1mg/día sin mejoría. Los laboratorios previos a la internación mostraron eritrosedimentación (ERS) 31mm/h, hematocrito 35%, hemoglobina 11mg/dl, CPK 62 U/l (VN hasta 165), proteína C reactiva (–).
Al momento de la internación al examen físico la paciente no presentaba artritis periférica, la fuerza muscular era normal en el cuello la cintura escapular y pelviana, y presentaba puntos de fibromialgia positivos (18/18).
Los análisis del ingreso evidenciaron ERS 49mm/h, calcemia 13,5 μg/l (VN 8,5-10,5), fosfatemia 1,9 μg/l (VN 2,4-4,1), fosfatasa alcalina 900 U/l (V 230-460). Las radiografías mostraron lesiones radiolúcidas en clavícula y lesiones en sal y pimienta en el cráneo. En la ecografía de abdomen se observó un cálculo de 6mm a nivel del cáliz medio del riñón derecho. En la TC de tórax se observaron lesiones líticas costales, mientras que la TC de cuello evidenció una formación tumoral que podía corresponder a tiroides o paratiroides. Se le realizó un centellograma óseo con 99mTc, en el que se observó hipercaptación a nivel del cráneo, la región maxilofacial, las áreas costales posteriores y los huesos largos de predominio de miembros inferiores (fig. 1A y B). El dosaje de hormona paratiroidea (PTH) fue de 1.900pg/ml (VN 42 a 72).
Con diagnóstico de hiperparatiroidismo primario se realizó la resección de la tumoración, cuyo resultado anatomopatológico fue un adenoma folicular paratiroideo. Los síntomas músculo-esqueléticos, así como la astenia y los trastornos del sueño, mostraron franca mejoría luego del tratamiento quirúrgico.
El hiperparatiroidismo primario es el tercer trastorno endocrinológico en frecuencia, es más frecuente en mujeres entre los 50-60 años y la causa más común son los adenomas únicos (80-85%), seguido en orden de frecuencia por la hiperplasia de las 4 glándulas paratiroideas (10-15%) y en mucho menor medida por carcinomas paratiroideos (menos del 1%); en ocasiones, este trastorno puede ser parte de un síndrome hereditario, como por ejemplo la neoplasias endocrinas múltiples tipo 1 o 22,3.
Los métodos actuales de dosaje sérico de calcio han ocasionado que el 70-80% de los pacientes estén asintomáticos en el momento del diagnóstico al detectarse la enfermedad por la presencia incidental de hipercalcemia1,2. Los pacientes pueden referir trastornos inespecíficos, como astenia, fatiga, depresión, debilidad, pérdida de memoria, trastornos del sueño y alteración de la concentración4. Es frecuente la presencia de artralgias y mialgias afectando especialmente a los músculos proximales de cinturas escapular y pelviana simulando polimialgia reumática, pudiendo observarse también artritis por cristales como la gota y la seudogota5,6. Nuestra paciente refería trastornos del sueño, astenia, impotencia de miembros superiores e inferiores y artromialgias generalizadas, síntomas que no habían mejorado con la terapia farmacológica. Otras manifestaciones clínicas a nivel neuromuscular son las parestesias y calambres musculares7. La mejoría de sus síntomas luego de la exéresis del adenoma lleva a pensar en una relación causal del hiperparatiroidismo con su cuadro clínico. Thomas y Podduturu reportaron una paciente con diagnóstico previo de fibromialgia sin mejoría a múltiples tratamientos, la cual presento niveles elevados de PTH; el tratamiento del hiperparatiroidismo llevó a la resolución del cuadro doloroso8.
En conclusión, pensamos que el dosaje rutinario de los niveles séricos de calcio y fósforo debería ser realizado en los pacientes con síndromes dolorosos generalizados en los cuales se sospeche de fibromialgia o polimialgia reumática.