Son varios los artistas que a pesar de haber sufrido enfermedades reumáticas, han proseguido de una manera u otra su actividad creadora. Paul Klee padeció una esclerosis sistémica, Raoul Dufy y Renoir padecieron artritis reumatoide y Gaudí y Boticelli sufrieron una artritis crónica juvenil. El destacado escultor noucentista Manolo Hugué presentó a los 55 años una poliartritis crónica compatible con una artritis reumatoide. A pesar de realizar diversos tratamientos, como la hidroterapia o la diatermia, debió abandonar parcialmente la escultura para dedicarse a la pintura y la poesía. El uso del cincel le hacía mucho daño en las manos.
There are several artists that have suffered rheumatic diseases. Even then, they continued their creative activity. Paul Klee suffered from systemic sclerosis, Dufy and Renoir suffered from rheumatoid arthritis and Gaudí and Boticelli had systemic-onset juvenile idiopathic arthritis. The famous noucentism sculptor, Manolo Hugué, presented chronic polyarthritis that suggested rheumatoid arthritis. Although he underwent several treatments, such as hydrotherapy or diathermic therapy, he had to stop sculpting. Using the chisel was too painful for his hands. He began, then, painting and composing poetry.
Manuel Martínez Hugué, conocido como Manolo Hugué, o simplemente Manolo, fue un artista noucentista polifacético catalán. Destacó como escultor, pintor, diseñador de joyas y poeta. Más desconocido de lo que debería en nuestro país, Manolo vivió y se relacionó con artistas como Pablo Ruíz Picasso, Juan Gris o Paco Durrio. Su obra recoge la sensibilidad del noucentismo y asimila conceptos cubistas, convirtiéndose en una obra figurativa y realista de gran personalidad. Muestra de su gran calidad, es que sus obras se muestran en museos tan prestigiosos como el MoMA de Nueva York o el Centro Pompidou de París.
Manolo nació en Barcelona en el año 1872. Tuvo una infancia pobre, y poco saludable. Debido a diversas dolencias contraídas de pequeño (tifus entre otras) fue enviado por el Dr. Bartomeu Robert algunas temporadas a Caldes de Montbui y Vallirana, a casas de parientes y amigos, para respirar un aire más puro que el de Barcelona. A los 12 años de edad, Manolo fue matriculado en la Escuela de Bellas Artes de Barcelona (Llotja) porque no sabía nada de aritmética ni de gramática, por lo que «solo» podría ser artista. A pesar de algunos progresos nunca finalizó sus estudios. Desapegado de la familia, tomó la iniciativa de vivir en la calle una adolescencia indisciplinada fuera de cualquier orden y medida1–3.
En 1890 se interesó de nuevo por la práctica artística y acudió por decisión propia a la Academia Lancaster, donde practicó el dibujo de modelo al natural. Manolo se decidió por la práctica escultórica. En 1892 trabajó bajo las órdenes de los escultores Torcuato Tasso (quien esculpió las alegorías del lado superior izquierdo del Arco del Triunfo de Barcelona) y Eusebio Arnau, y aprendió a modelar sus primeras esculturas. A finales de siglo, trabajó también en fundiciones de bronce artístico, entrando de esta manera en contacto con los escultores más importantes del momento.
Manolo frecuentaba «Els quatre gats», una taberna, restaurante, cabaret, que era uno de los principales núcleos de la vida intelectual y artística del modernismo catalán. Allí se llevaron a cabo, durante los 6 años en los que permaneció abierto, reuniones de artistas, exposiciones de arte y encuentros musicales y literarios. Manolo conoció e hizo verdadera amistad con los artistas más importantes de la escena española, como Santiago Rusiñol, Ramón Casas, Joaquín Mir, Anglada Camarasa o Pablo Picasso.
En 1901 Manolo llegó a la capital del arte, París. A pesar de unos inicios muy duros, fue contratado, junto con Picasso, Togores o Gris, por el galerista Kahnweiler, famoso marchante del movimiento cubista. Tal era la valía de Manolo, que durante muchos años fue el único escultor que estuvo bajo el financiamiento del marchante.
Diez años más tarde, cansado de París, decidió abandonar definitivamente la ciudad para instalarse en Ceret. Esta localidad del Vallespir, se convertiría en un destino indispensable para todo artista que apreciara la modernidad. Manolo fue un personaje indispensable de la llamada «Escuela de Ceret». Lejos de bullicios, en esta nueva etapa de su vida Manolo buscó la paz, creyó en su trabajo y lo ejecutó con precisión.
En 1927, Manolo, finalmente, ya era famoso en Francia y España, y estuvo presente en algunas de las exposiciones más vanguardistas de la época: las neoyorkinas Armory Show y Little Gallery o las diversas ediciones de la Sociedad de Artistas Íberos. Su fama como artista y en paralelo su dimensión como personaje es indudable, como lo prueba entre otras cosas, los libros que le dedicaron en vida diversos escritores. Entre ellos destaca «Vida de Manolo» de Josep Pla, repleto de anécdotas sobre el artista y reflexiones sobre su arte.
Los años de la artritisEn otoño de 1927 Manolo desarrolla un cuadro de poliartritis que se vuelve crónico. En la obra de Josep Pla citada anteriormente «Vida de Manolo contada por él mismo», encontramos las siguientes referencias: sus dedos se habían deformado, sus manos se habían anquilosado, había perdido fuerza, el dolor le hacía sufrir; a veces las rodillas le flaqueaban. Su capacidad de trabajo se vio seriamente afectada. Intentó varios tratamientos: en primavera la cura de la cereza4 y en otoño la de la uva1,5,6(«la cura que sacaba los demonios del cuerpo en forma de vientos de persona respetable, subterráneos y potentes, los demonios sólidos, líquidos i gaseosos»), aunque con escaso éxito.
Al sentirse gravemente enfermo, Manolo quiso regresar a Catalunya. Primero residió temporalmente en Arenys de Munt, y es en este pueblo, donde fue visitado por primera vez por el Dr. Estil·las. Este confirmó el diagnóstico de poliartrismo de tipo articular, y lo definió como una enfermedad grave y espectacular con piernas anquilosadas y manos con una siniestra desviación (fig. 1).
El Dr. Estil·las propuso un tratamiento: sesiones de diatermia, tratamiento laborioso y una reeducación física posterior. Sabemos que durante este tiempo Manolo no podía andar, los payeses de Arenys de Munt lo sacaban con una litera para tomar el sol. Posteriormente, Manolo fue trasladado a Caldes de Montbui, al Balneario Broquetas, en busca de terapia de aguas termales. En este nuevo ambiente, poco a poco fue mejorando.
En el curso de 1929, encontrándose ya muy mejorado, Manolo viajó a Ceret por última vez, vendió sus propiedades y fue en Caldes donde decidió residir el resto de su vida. Definitivamente instalado en una casa propia, abrió las puertas a su madurez artística y a sus mejores producciones. Las crisis agudas de la enfermedad fueron superadas, pero era necesario someterse a períodos regulares de tratamiento.
En la década de los 30 Manolo retomó sus trabajos de orfebrería como confección de joyas, argollas y broches. A causa de su artritis reumatoide se vio obligado a dejar parcialmente la escultura el cincel hacía mucho daño a sus manos, es por esto que se dedicó más a la pintura y a la poesía en la fase final de su vida. Muchas de estas pinturas fueron pasadas a piedra o bronce por sus discípulos.
Murió de un colapso cardíaco, el primero de noviembre de 1945 en una habitación del Balneario Broquetas de Caldes de Montbui. Tenía 73 años de edad. Su cuerpo fue trasladado al cementerio del sudeste de Barcelona una tarde gris y lluviosa.
Conflicto de interesesLos autores declaran no tener ningún conflicto de intereses.