La osteoporosis transitoria de cadera (OTC) puede presentarse en el contexto del embarazo. En este caso, suele manifestarse en el último trimestre y, en menor medida, antes o en el posparto. Acostumbra a ser unilateral y con mayor preferencia por el lado izquierdo1-3. Por su carácter menos habitual, presentamos el caso de una OTC bilateral, con mayor afectación del lado derecho, en el transcurso del quinto mes del embarazo.
Se trata de una mujer de 34 años, primípara y con antecedente destacable de una OTC idiopática de la cadera izquierda, acaecida 6 años antes. En el quinto mes de embarazo y sin otro desencadenante conocido, comenzó a tener dolor focalizado en la nalga derecha que fue atribuido a un síndrome del piramidal. Posteriormente, el dolor se localizó en la parte externa de la cadera derecha y fue valorado como una probable trocanteritis. Ante la falta de mejoría, fue remitida a la consulta de Reumatología en el séptimo mes del embarazo. Refería dolor en la parte externa de ambas caderas, más acusado en la derecha, acompañado de importante impotencia funcional. Dicho dolor se agravaba con la carga y la deambulación, obligándole a llevar muletas. En la exploración destacaba dolor y limitación en la abducción y rotación externa de la cadera derecha, sin detectar alteraciones en otras zonas del aparato locomotor. De otro modo, en la analítica no se observó un aumento de reactantes de fase aguda, siendo el factor reumatoide, los anticuerpos antipéptidos citrulinados y el HLAB27 negativos. No se hizo estudio radiológico ni gammagráfico debido al embarazo. Ante la sospecha de una OTC, fue tratada con paracetamol, fisioterapia y descarga articular. En el posparto, se realizó una radiografía que no mostró alteraciones y una RM en la que se informó de: «edema medular intraesponjoso cefálico e intertrocantéreo derecho y cefálico izquierdo, sin signos de osteonecrosis ni de sacroileítis; todo ello, indicativo de una OTC bilateral» (fig. 1). Tras el parto, tuvo una mejoría progresiva y la sintomatología desapareció a los 2 meses del mismo. En un segundo control, en el octavo mes del posparto, se constató un restablecimiento de la normalidad en las imágenes de la RM (fig. 2).
La OTC secundaria al embarazo tiene una prevalencia difícil de evaluar. Suele presentarse en el último tercio del embarazo y, en menor medida, antes o en el posparto. Su patogenia no está clara y, por eso, se involucran diversos factores: microtraumatismos, microfracturas trabeculares por disminución de la masa ósea en el embarazo, alteraciones circulatorias propias del embarazo y compresión del nervio obturador o del simpático pelviano por el útero grávido. Clínicamente, suele cursar con dolor inguinal o en zonas adyacentes a la cadera, de ritmo mecánico, acompañado de impotencia funcional. Tiene preferencia por la cadera izquierda, supuestamente por la presentación cefálica del feto, que pudiera favorecer microtraumatismos repetidos en dicha zona. La afectación bilateral resulta más excepcional. De igual modo, se han descrito formas migratorias hacia la rodilla, el tobillo o el pie. El estudio analítico no aporta alteraciones, salvo las propias del embarazo. Inicialmente, la radiografía es normal y, posteriormente (1-2 meses aproximadamente), puede verse una desmineralización homogénea, sin afectarse la interlínea articular. De manera precoz, la gammagrafía muestra una hipercaptación del isótopo en el cotilo y el fémur. La RM es primordial en el diagnóstico, mostrando edema en la zona afectada y descartando una osteonecrosis, como en el caso que nos ocupa. Es conveniente hacer un diagnóstico diferencial con otros problemas de la cadera (osteonecrosis, enfermedad reumática inflamatoria, enfermedad infecciosa, enfermedad metabólica, enfermedad de la sinovial, neoplasias, osteomalacia y contexto traumático) o con trastornos de zonas próximas (lumbar, sacroilíacas, sínfisis del pubis, uro-genital y digestiva). El tratamiento se basa en la descarga de la articulación, la analgesia y la rehabilitación. Habitualmente, tiene una evolución favorable hacia la recuperación sin secuelas en un plazo variable (2 meses a 1 año). No obstante, se ha descrito algún caso que ha derivado hacia una osteonecrosis o fractura del cuello femoral1-8.
En suma, consideramos necesario descartar la presencia de una OTC ante todo dolor inguinal o en zonas limítrofes de la cadera en una mujer embarazada. De igual manera, es importante para su diagnóstico temprano la utilización de la gammagrafía y la RM cuando las circunstancias lo permitan. Asimismo, el tratamiento precoz para conseguir una rápida recuperación del proceso. Por último, es conveniente vigilar una posible evolución hacia una osteonecrosis o una fractura del cuello femoral.