Paciente varón de 65 años de edad, sin antecedentes patológicos de interés, que consulta por tumoración indolora en la cara dorsal del quinto dedo de la mano izquierda de 4 años de evolución, sin antecedente traumático. La exploración física confirma la tumoración, elástica a la palpación, con movilidad del dedo conservada (fig. 1). Las radiografías simples mostraron la tumoración de partes blandas (fig. 2); la ecografía, la misma lesión, y la RM, una lesión de 16×10×12mm en diámetros cráneo-caudal, antero-posterior y transversal, no homogénea, con señal hipointensa y loculaciones en T1, predominantemente hiperintensa en T2 y mostrando moderada captación de contraste (fig. 3).
La lesión se diagnosticó de tumor de células gigantes de vainas tendinosas del quinto dedo de la mano y se extirpó en su totalidad (fig. 4). Dos años más tarde, recidivó (fig. 5) y el paciente fue reintervenido. En la actualidad, 2 años después, no ha habido nuevas recidivas y la movilidad de la articulación interfalángica distal está limitada, si bien la función de la mano del paciente es normal.
El TCGVT, de etiopatogenia desconocida, excluyendo los gangliones, supone casi la mitad de los tumores de partes blandas de la mano1. Aquí suelen ser formas nodulares y presentarse en pacientes de 30-50 años de edad, si bien con un amplio rango etario, a menudo del sexo femenino (en el 55-70% de las ocasiones). Usualmente, asienta en la cara volar o laterovolar de los dedos, sobre todo en la proximidad de la articulación interfalángica distal, sin predilección por un dedo concreto1-6. Con respecto a la lateralidad, la lesión es más frecuente en la mano derecha y en la dominante4,6.
El diagnóstico de sospecha de los TCGVT de la mano se hace por la clínica y pruebas complementarias de imagen, entre las que suelen bastar la radiografía simple y la ecografía, no siendo necesaria una biopsia. Clínicamente, se sospecha ante un nódulo solitario de partes blandas que respeta la piel, a menudo excéntrico, indoloro y de lento crecimiento1. El 1-24% de los pacientes refiere algún dolor3,4,6, generalmente en relación con el aumento del volumen y, a veces, por compromiso del paquete neurovascular. El diagnóstico diferencial clínico es extenso. La ecografía identificaría una lesión sólida, generalmente homogénea, hipo o hiperecoica o, en menos ocasiones, heterogénea, con vascularización aumentada en el estudio Doppler, y en relación con la vaina del tendón, con el que no se moviliza por ese motivo6-8. También permitiría descubrir lesiones satélites y, aunque podría confundirse con quistes sinoviales rotos, la confusión no tiene trascendencia terapéutica si se interviene. Entre las pruebas complementarias de imagen, la RM es considerada por algunos como la prueba de imagen más precisa para el diagnóstico4,7,8,
El tratamiento de los TCGVT se basa en la extirpación completa de la lesión. La técnica parece más fiable con exposiciones amplias y usando gafas de aumento o instrumental microquirúrgico6,9. La radioterapia, aunque controvertida, podría indicarse en los casos con más riesgo de recidiva (con mitosis, compromiso óseo o resección lesional incompleta). Esta ocurre hasta en el 45% de los casos tratados.
Los autores declaran que han leído y aprobado el manuscrito y que los requisitos para la autoría se han cumplido.
Responsabilidades éticasProtección de personas y animalesLos autores declaran que para esta investigación no se han realizado experimentos en seres humanos ni en animales.
Confidencialidad de los datosLos autores declaran que han seguido los protocolos de su centro de trabajo sobre la publicación de datos de pacientes.
Derecho a la privacidad y consentimiento informadoLos autores han obtenido el consentimiento informado de los pacientes y/o sujetos referidos en el artículo. Este documento obra en poder del autor de correspondencia.
Conflicto de interesesNinguno.