No se ha demostrado que ningún fármaco biológico anti-TNF inhiba o retrase la progresión radiológica a los 2 años en pacientes con espondilitis anquilosante (que cumplen criterios de Nueva York) cuando se comparan con cohortes históricas como la OASIS1–3. No hay estudios publicados que evalúen el efecto de la terapia biológica sobre la progresión estructural en pacientes con espondiloartritis axial no radiológica. En los estudios que evalúan la progresión radiológica de estos pacientes no reciben terapia anti-TNF-α o lo hacen en un pequeñísimo porcentaje. En 2 recientes estudios de la cohorte GESPIC, que evalúan la progresión en columna y articulaciones sacroilíacas en 95 pacientes con espondiloartritis axial no radiológica, solo un paciente recibía terapia biológica. En estos estudios, el 10,5% de los pacientes mostraron progresión de la sacroilitis y el 7,4%, progresión espinal a los 2 años de seguimiento4,5.
El objetivo de este estudio fue evaluar la progresión radiológica en columna y articulaciones sacroilíacas a los 2 años en una cohorte de pacientes con espondiloartritis axial no radiológica tratados con terapia anti-TNF-α.
Tras una revisión sistemática de historias clínicas, se seleccionó a todos los pacientes de nuestro servicio con espondiloartritis axial no radiológica, tratamiento biológico con un mismo anti-TNF a dosis estándar durante un mínimo de 2 años y radiografías simples de columna (cervical y lumbar proyección lateral) y de pelvis (proyección anteroposterior), basales y a los 2 años de seguimiento con el mismo tratamiento.
Todos los pacientes seleccionados, 19, cumplían los criterios de clasificación ASAS para espondiloartritis axial6, pero no cumplían los criterios radiológicos de Nueva York para espondilitis anquilosante7 (sacroilitis bilateral de al menos grado 2 o unilateral grados 3-4). Los 19 pacientes cumplían los 2 criterios de entrada (dolor de espalda≥3 meses y edad de inicio<45 años), 13 (65%) cumplían la rama HLAB27 y 6 (35%) la rama imagen y, por lo tanto, presentaban inflamación aguda en la RMN, indicativa de sacroilitis.
Se excluyó a los pacientes con psoriasis cutánea y enfermedad inflamatoria intestinal.
Doce pacientes recibían con adalimumab, 2 con infliximab y 5 con etanercept. Solo 2 pacientes (10,5%) recibieron terapia concomitante con antiinflamatorios no esteroideos durante 3 o más meses.
Las características basales de los pacientes se muestran en la tabla 1.
Características basales de los pacientes con espondiloartritis axial no radiológica
Parámetros | Pacientes con espondiloartritis axial no radiológica (n=19) |
Edad, media±DE (años) | 32,9±7,17 |
Duración de los síntomas, media±DE (años) | 5,89±5,11 |
Sexo masculino, n (%) | 10 (52,6%) |
HLAB27+, n (%) | 15 (78,9%) |
Fumadores, n (%) | 7 (36,8%) |
Artritis periférica, n (%) | 16 (84,2%) |
Entesitis, n (%) | 7 (36,8%) |
Dactilitis, n (%) | 1 (5,2%) |
Uveítis, n (%) | 5 (26,3%) |
Historia familiar de espondiloartritis, n (%) | 7 (36,8%) |
BASDAI > 4, n (%) | 19 (100%) |
PCR > 0,6mg/dl, n (%) | 9 (47,4%) |
VSG > 20mm/h, n (%) | 8 (42.1%) |
Daño estructural definido en articulaciones sacroilíacas (sacroilitis grado i uni o bilateral y/o grado ii unilateral), n (%) | 9 (47,4%) |
Daño estructural definido en columna (mSASSS≥1), n (%) | 0 (0%) |
Dos lectores entrenados, JL y MA, leyeron las radiografías simples de columna según el índice Stoke Ankylosing Spondylitis Spine Score (mSASSS)8 y de articulaciones sacroilíacas según el sistema de gradación de los criterios de Nueva York modificados para espondilitis anquilosante7, en orden cronológico (basales y a los 2 años de seguimiento con el mismo tratamiento biológico).
Los coeficientes de correlación intraclase (CCI) para los índices basales fueron de 1 en el índice mSASSS y de 0,4 en el índice de gradación de sacroilíacas y los CCI para los índices de cambio fueron de 1 en ambos sistemas de lectura.
El índice mSASSS fue de cero unidades basal y a los 2 años de tratamiento en todos los pacientes (ninguno desarrolló lesiones estructurales en la columna).
Tampoco se objetivó una progresión radiológica en sacroilíacas en ningún paciente. Ninguno de los 19 pacientes de la cohorte cumplía criterios de Nueva York para espondilitis anquilosante a los 2 años de terapia biológica con anti-TNF-α.
En conclusión, ninguno de los pacientes de nuestra cohorte con espondiloartritis axial no radiológica mostró progresión radiológica en columna o articulaciones sacroilíacas a los 2 años de tratamiento con anti-TNF, a diferencia de otras cohortes de espondiloartritis no radiológica sin terapia biológica.
En el primer estudio de la cohorte GESPIC, que evaluaba la progresión radiológica de sacroilíacas a los 2 años, el único predictor de progresión radiológica fue el nivel basal de PCR4. En nuestra cohorte, el 47,4% de los pacientes presentaban niveles de PCR mayores a 0,6mg/dl. En este estudio de Poddubnyy et al.4, el nivel elevado de PCR fue también un predictor significativo de la progresión de espondiloartritis no radiológica a espondilitis anquilosante y la presencia de daño estructural definido basalmente también se asoció a mayor progresión a espondilitis anquilosante, aunque no de forma estadísticamente significativa. En otro estudio, de Huerta-Sil et al.9 también hallaron que la sacroilitis de bajo grado era un factor pronóstico para el desarrollo de espondilitis. En nuestra cohorte, el 47,4% de los pacientes presentaban daño estructural de bajo grado (sacroilitis grado i uni o bilateral y/o grado ii unilateral).
En el segundo estudio de la cohorte GESPIC5, que evaluaba la progresión radiológica espinal a los 2 años, en el grupo de espondiloartritis no radiológica solo la presencia de sindesmofitos basales fue un predictor de progresión estadísticamente significativo, aunque también hubo progresión radiológica en pacientes sin sindesmofitos basales (la gran mayoría).
En nuestra cohorte de pacientes, aunque los pacientes no presentaran sindesmofitos basales, el hecho de que ninguno mostrara progresión radiológica, ni en la columna ni en las sacroilíacas, indica que la terapia anti-TNF podría inhibir o retrasar la progresión radiológica en pacientes con espondiloartritis axial no radiológica, aunque son necesarios más estudios con grupos control y mayor número de pacientes. Estos datos indican la existencia de una ventana de oportunidad en la que un tratamiento efectivo podría modificar el curso de la enfermedad.