El síndrome de fatiga crónica puro (SFCp) es una enfermedad crónica grave compleja e incapacitante de causa no aclarada, excluyendo el SFC secundario (SFCs) a otros trastornos médicos. Se caracteriza por una fatiga intensa, además de otros síntomas cognitivos, autonómicos, neuroendocrinos, inmunoalérgicos y musculoesqueléticos, de nueva aparición inexplicable clínicamente (persistente o recurrente) de al menos 6 meses de duración, que no remite de manera significativa tras el reposo y que empeora con la actividad física o mental con una muy lenta recuperación y reducción de > 50% de las actividades de la vida diaria realizadas previamente por el paciente1–4. Se diagnostica según los criterios de Fukuda de 19941, el documento canadiense de consenso 20032 o, más recientemente, los criterios de consenso internacional 2011; con la denominación de encefalomielitis miálgica que ofrecen revisión sobre la fisiopatología, sintomatología y tratamiento3. La prevalencia se estima entre 0,5 y 2,5% de la población general1–3,5. A pesar de ser una enfermedad reconocida por la OMS desde 1989, clasificada con el código G93.3 de la CIE-105,6, y la evidencia acumulada desde distintos campos durante las últimas 2 décadas, es posible que el SFCp siga siendo aún el gran desconocido para muchos de los profesionales sanitarios.
Debido a la gran heterogeneidad en su expresión clínica y a la falta de instrumentos estandarizados para ordenar los distintos síntomas (según la mayor o menor preponderancia) y presentaciones clínicas (distinción entre SFCp, SFCs y FC idiopática); proponemos una clasificación: clusters i, ii, iiia, iiib y iiic, que subagrupa las principales condiciones clínicas en una serie consecutiva de 199 pacientes (tabla 1), atendidos en el periodo entre junio de 2010 y febrero de 2013, en la Unidad Hospitalaria Especializada de Fatiga Crónica del Camp de Tarragona del Hospital Universitario Joan XXIII. El 84% de los pacientes (n=167) fueron del sexo femenino (5:1). La media de edad al inicio de los síntomas fue de 41,5 años (mínima 9 y máxima 76). El inicio de los síntomas fue insidioso en el 72,8% de los pacientes y el curso evolutivo fue progresivo en el 71,3%. En el momento de la entrevista el 51,7% (n=103) estaban inactivos laboralmente (65 pacientes por baja laboral y 38 pacientes por incapacidad). El 8% (n=16) estaban ya jubilados. Los criterios del SFCp son válidos para el diagnóstico en la práctica clínica diaria con independencia de otros diagnósticos asociados6–8. El disponer de una clasificación de los pacientes con SFC nos permitirá identificar grupos de pacientes más homogéneos, candidatos por tanto a recibir unas pautas diagnósticas y terapéuticas más individualizadas y permite albergar expectativas esperanzadoras. Para poder clasificar correctamente a un paciente con SFC, recomendamos una aproximación diagnóstica multidisciplinaria. En primer lugar, debe confirmarse el diagnóstico del SFC (médico de familia, médico internista y/o reumatólogo), para a continuación evaluar la existencia de posibles enfermedades sistémicas asociadas o de procesos crónicos locales que requieren amplio diagnóstico diferencial, y finalmente realizar un diagnóstico preciso sobre las enfermedades de base psicopatológica (psicólogo y/o psiquiatra). La obtención de un diagnóstico claro en cada una de estas 6 áreas, así como el análisis en la relación temporal de la aparición de los distintos síntomas o procesos, permitirá la inclusión de cada paciente en cada uno de los distintos subgrupos clasificatorios.
Subtipos clasificatorios del síndrome de fatiga crónica
Subtipos clasificatorios | Enfermedad primaria (n=73/199, 36,75%) | Asociación tiroiditis Autoinmune Crónica (n=38/199, 19,1%) | |
Cluster I | SFCp, según los criterios de Fukuda | Ninguna, 90/199 pacientes (45,2%) | 19/90 pacientes (21,1%) |
Cluster II | FC idiopática, sin cumplir los criterios de Fukuda | Ninguna, 36/199 pacientes (18,1%) | 5/36 pacientes (13,8%) |
Cluster IIIa | SFCs a enfermedad autoinmune | 17/199 pacientes (8,5%)• 9 pacientes con síndrome de Sjögren primario7,8• 4 pacientes con polimialgia reumática• 2 pacientes con lupus eritematoso sistémico• 1 paciente con enfermedad de Crohn• 1 paciente con síndrome de Guillain-Barré | 7/17 pacientes (41,1%) |
Cluster IIIb | SFCs a otros trastornos médicos | 40/199 pacientes (20,1%)• 7 pacientes posquimioterapia• 6 pacientes por causa medicamentosa• 5 pacientes con SAHOS grave• 3 pacientes con microadenoma hipofisario secretor• 3 pacientes con cirrosis hepática• 3 pacientes con obesidad mórbida• 3 pacientes con ferropenia grave• 3 pacientes con síndrome climatérico• 2 pacientes con EPOC• 2 pacientes con SMPC tipo TE JAK2 V617F• 1 paciente con mieloma múltiple• 1 paciente con enfermedad neuromuscular pulmonar• 1 paciente con miocardiopatía grave | 6/40 pacientes (15%) |
Cluster IIIc | SFCs a trastornos psicopatológicos | 16/199 pacientes (8%)• 12 pacientes con depresión mayor• 3 pacientes con somatización• 1 paciente con esquizofrenia | 1/16 pacientes (6,2%) |
EPOC: enfermedad pulmonar obstructiva crónica; FC: fatiga crónica; JAK2: Janus Kinase 2; SAHOS: síndrome apnea-hipopnea obstructiva del sueño; SFC: síndrome de fatiga crónica (p: puro; s: secundario); SMPC: síndrome mieloproliferativo crónico; TE: trombocitemia esencial.