Hemos leído con atención el artículo publicado por el servicio de Reumatología del Hospital José María Cullen de Santa Fe, Argentina1.
Nos parece relevante la comparación de la evolución del lupus eritematoso sistémico (LES) en un centro privado y uno público, ya que el desenlace de esta enfermedad se podría ver afectado por diversos factores que involucran estar en cualquiera de los centros mencionados, como el tratamiento farmacológico brindado y las características demográficas de la persona que acude a un centro público y uno privado. Estos factores influyen en la calidad de vida y el grado de actividad de la enfermedad en el paciente2.
Sin embargo, el estudio presentado tiene algunas limitaciones que ponen en tela de juicio los resultados reportados. En primer lugar, no se define el momento en que los autores inician el seguimiento de enfermedad de los pacientes. Esto podría sesgar el estudio ya que el pronóstico de supervivencia de LES varía de acuerdo con varios factores, como el grado de actividad de la enfermedad en la que se encuentra la persona, la edad y las comorbilidades en el momento de diagnóstico, entre otras3.
Segundo, no se determina si los pacientes son usuarios exclusivos de uno de los sistemas de salud (público o privado), si tienen ambos sistemas de salud o si durante los años de seguimiento cambiaron de un sistema a otro. Esto generaría que los pacientes reciban más de un tratamiento simultáneamente o tratamientos distintos por cada centro en diversos periodos.
Finalmente, el uso de un consentimiento informado es importante en la realización de un estudio, ya que asegura que el paciente tiene conocimiento y acepta su participación en este4. Suena raro que sea necesario un consentimiento informado en un estudio retrospectivo cuando en la sección de métodos se dice que no se ha usado, pero más adelante se menciona que sí se utilizó, lo cual puede generar confusión sobre la ética del estudio.
Por último, consideramos que algunos datos podrían haber estado mejor explicados, tanto en las tablas como en el texto, ya que puede confundir a los lectores provocando una mala interpretación de los datos. Por ejemplo, en los resultados, los autores explican que, dados 2 grupos de personas, ambos de raza negra, un grupo con seguro de salud y el otro grupo sin seguro de salud, se observa una mayor mortalidad en el grupo sin seguro de salud, lo que da como resultado que la etnia no desempeña un papel decisivo en la supervivencia de los pacientes, lo cual puede ser desmentido, ya que en este caso, la etnia es la misma en todos los pacientes estudiados y no una variable5.
Quisiéramos agradecer al Doctor Antonio Bernabé-Ortiz por su orientación en la preparación de esta carta.